Medicina Biológica
Filosofía del tratamiento con Medicina Biológica
Filosofía del tratamiento con Medicina Biológica
La filosofía básica de la Medicina Biológica es que al trabajar con la sabiduría innata del cuerpo y la fuerza vital de la vida dentro y alrededor de nosotros, liberar a nuestros propios sistemas de curación natural para hacer lo que fueron diseñados para hacer. Y porque cada persona es única, la Medicina Biológica trata al individuo y no sólo la enfermedad.
La Medicina Biológica subraya la participación del paciente a través de la educación, y el autocuidado del estilo de vida y los cambios en la dieta. Se promueve la prevención y la intervención temprana con enfoques no tóxicos. La Medicina Biológica emplea el uso de diagnósticos no invasivos como ayuda para ver no sólo los desequilibrios estructurales, sino también, de regulación, enérgica y psicoemocional de las condiciones funcionales.
La Medicina Biológica emplea, según sea necesario, la aplicación de sustancias naturales, homeopatías, las fuerzas físicas, psicológicas y otros métodos en una forma coordinada con eficacia. A menudo se utiliza remedios naturales y las sustancias que se producen a través de procesos vitales como de dinamización homeopática o sonido, así como otros, energéticos y técnicas psicoemocional y físicas que apoyan y no suprimen las funciones de regulación del organismo.
La Medicina Biológica permite a los profesionales a identificar las cadenas causales en donde se manifiestan las enfermedades a través de un enfoque integrado. Combina los resultados de pruebas científicas verificables que permiten evaluar la individualidad bioquímica, la propensión genómica y funcional de los procesos metabólicos, junto con las pruebas de diagnóstico bioenergético y de regulación y así llegar a continuación a protocolos terapéuticos individualizados.
Por el contrario, la medicina alopática convencional principalmente trata los síntomas de las condiciones fisiopatológicas, por lo general etiquetando con nombres en latín de acuerdo a la sintomatología, a menudo con los agentes químicos patentados que están diseñados para suprimir los mecanismos reguladores del cuerpo. Los amplios esfuerzos farmacéuticos, en consecuencia se han hecho con el desarrollo de poderosos agentes contra la peste, contra la inflamación, la diarrea, la tos, contra el insomnio, contra la vida (anti-bióticos). Como resultado, la medicina alopática convencional de desarrollo ha convertido en una terapia química que se limita a la identificación y eliminación de los síntomas individuales de la enfermedad. Trastornos estructural y fisiopatológicamente están puestos en las categorías con códigos de diagnóstico para la administración de las modalidades de tratamiento generalizado. Por desgracia, las causas subyacentes (toxinas, los desequilibrios del terreno, indiscreciones dietéticas, trastornos funcionales, los factores psico-emocional, etc) rara vez son reconocidos o tratados. Es mucho más simple la relación lineal entre el medicamento o agente químico y el efecto deseado y más simple es el esfuerzo que se requiere para la prescripción de la medición en esta modalidad medica. Dentro de este paradigma se desprende cuanto mas lineal se considera la relación existente, más "científica" se considera la terapia.
La medicina convencional tiende a controlar la enfermedad en lugar de abordar la causa subyacente. Las recetas están escritas para aliviar los síntomas sin tratar de entender por qué los síntomas se produjeron. A menudo, la desregulación es el impacto adicional de estos medicamentos en otros sistemas del cuerpo. Este tipo de tratamiento a menudo se pasa por alto el desarrollo físico, mental, social y la salud general del paciente. Para que la medicina avance es imprescindible que se convierta en orientación biológica, centrarse en los factores causales, tanto físicos y no físicos y trabaje para el organismo a través de la aplicación de un tratamiento no tóxico.